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domingo, 5 de marzo de 2017

Programa de radio ESTAMOS EN LA NUBES/SECCIÓN: Estamos en la Luna

LA DEPENDENCIA EMOCIONAL EN LA RELACIÓN DE PAREJA

Tomar consciencia sobre la manera  en que vivimos nuestras emociones para poder tener una vida más saludable, está siendo cada vez más valorado. Qué sensaciones y emociones elaboramos a través de nuestra percepción y que nos llevan a la construcción de los sentimientos.

Estudios sociológicos nos muestran cómo la dinámica de las relaciones familiares ha ido cambiando a lo largo de la historia. Los movimientos sociales  han expresado nuevas formas de vivir y nuevas maneras de interaccionar entre las personas que han constituido los núcleos sociales.
En lo que respecta, a los roles familiares y al significado de la formación familiar en sí, la religión ha jugado un papel primordial en la defensa de una imagen patriarcal. La veneración a la figura paterna como creadora, a la que se debe culto y obediencia.

Si bien a la mujer se le posiciona como madre, valorada por su don de procrear, su rol familiar estará asentado en seguir los dictámenes que por ley divina ya están asentados, en la obediencia a la figura autoritaria del padre, y que con el casamiento, quedará entregada a la figura masculina que dictará las maneras de hacer. 


De esta manera, la desigualdad social respecto a los roles familiares en el contexto social forman parte de la crianza del ser humano. 


En la sociedad del siglo XXI, una menor atención a las emociones y a los sentimientos frente la importancia de la inteligencia y los procesos psicológicos cognitivos, unidos al patriarcado y al dualismo de cuerpo-mente, se valora más por encima de la emoción. 


La realidad es que las emociones forman parte innata del ser, y se encuentran en la base de las relaciones de pareja, las familias y en la historia vital de la misma.

La DEPENDENCIA EMOCIONAL hace referencia a la necesidad extrema de carácter afectivo que una persona siente hacia la pareja en sus distintas fases de formación. El comportamiento se dirige hacia la sumisión en pro de la complacencia de la pareja, con pensamientos obsesivos hacia la pareja encubrimiento un profundo sentimiento de abandono. 



Podemos destacar ocho características diferenciadas:

  • Necesidad constante del otro.
  • Deseo de exclusividad en la pareja; en doble sentido, es decir aislarse voluntariamente para dedicarse a la pareja, y que por ende la pareja se corte de la misma manera.
  • Prioridad de la pareja por encima de cualquier persona, de los hijos e incluso de uno mismo.
  • Visión idealizada de la pareja en pro de una visión empequeñecida y negativa de sí mismo, valorando a la pareja como alguien salvador, teniendo la pareja a su vez una visión distorsionada que tiene la relación como de pleitesía que el dependiente debe rendirse.
  • Relaciones basadas en la sumisión y subordinación. La sumisión es una ofrenda, como pago para que el objeto de amor tenga bien estar próximo al dependiente, y a la vez, medio para preservar a relación. Con el tiempo, ambos papeles se agudizan en la relación.
  • Historia de relaciones de pareja desequilibradas: bien sucesión de relaciones de pareja (desequilibradas y tormentosas) o una sola relación (pero que sea la más larga y significativa en la vida del individuo).
  •  Miedo a la ruptura o “ansiedad de separación” (Bowlby, 1993b): por muy mala que sea la relación, soportando el sujeto humillaciones, desprecios o malos tratos, lo peor que puede suceder es que la relación se rompa y que la persona a la que se ha aferrado marche.

  Las mujeres víctimas de maltrato manifiestan verbalmente dicha ansiedad de separación, que dificulta la toma de decisión de cese de convivencia y la ansiedad se mantiene tras la ruptura de la relación.
 La teoría del apego de Bowlby como teoría explicativa evidencia las características que definen el apego: El apego se caracteriza por el esfuerzo en mantener la proximidad con la persona a la que se está vinculada-o; mantenimiento de contacto sensorial privilegiado; relaciones con el entorno más eficaces explorando desde la figura del apego como base segura y ansiedad ante la separación, sentimientos de desolación y abandono ante la pérdida. Se le da mayor capacitación al otro al que se sigue.

La dependencia emocional es denominada asimismo Apego paradójico (Saltijeral, Ramos y Caballero, 1998) o Unión traumática (Dutton y Painter, 1981).
 
La DEPENDENCIA EMOCIONAL, puede entenderse según los grados de intensidad como un RASGO O ESTADO de la personalida

  • La dependencia emocional como ESTADO atribuible a su relación actual (no se ha producido otra relación desequilibrada en su historia vital. Una mujer con clínica normal y autoestima estable se puede encontrar en una relación patológica).
La dependencia emocional ocurriría como consecuencia de la dinámica de interrelación en el transcurso de una relación violenta.
  •     En la dependencia emocional como RASGO, las características típicas de este trastorno habrían estado a lo largo de toda la vida de la víctima (no solo en la relación actual), como una dependencia pre-existente, con rasgos desadaptativos arraigados que permanecen en el tiempo. El diagnóstico sería trastorno de la personalidad no especificado y tiene significación clínica ya que afecta a múltiples áreas de la vida de la mujer (laboral, social y descuido de su salud).

La dependencia emocional derivada de la situación de maltrato se suma a la posible existencia de dependencia emocional previa, influyendo para que se produzca la continuación en la situación de violencia en la pareja, y se sostenga su convivencia.

Un abrazo,

 

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